Presa y central eléctrica de El Salto

Localización

El Carpio, España

Año de construcción

1922

Arquitectos y artistas

Fernández-Shaw e Yturralde Casto (1896-1978), Cristóbal Juan (1898-1961)

Fotografías contemporáneas

Historia

El arquitecto madrileño Casto Fernández-Shaw e Yturralde es considerado la figura más representativa del futurismo en la escuela española. Por esta razón sorprende el estilo orientalista que adopta en la central eléctrica de El Salto en El Carpio, una de sus primeras obras. De hecho, habrá que esperar a la posguerra y a su actividad en Marruecos para que vuelva a emplear un lenguaje historicista en obras como el Mercado de abastos (1941) o el edificio de La Equitativa (1945), ambos en Tetuán.

En 1922 concluye la central de El Salto sobre el Guadalquivir. El ingeniero Carlos Mendoza Sáez de Argandoña, entonces presidente de la Compañía Mengemor e Hidroeléctrica del Guadalquivir, le confía la resolución de las formas arquitectónicas de la presa, así como el diseño completo de la central eléctrica asociado a ésta.

Este salto de agua es un proyecto escenográfico y monumental, en la estela de su Monumento a la Civilización, proyectado entre 1918 y 1919 para celebrar el final de la Primera Guerra Mundial como una monumental presa de inspiración egipcia y ganador de la medalla de bronce en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1920.
En el emplazamiento de la presa de El Salto, en la margen derecha de Guadalquivir, había antaño unas antiguas aceñas. Se trata de una presa de gravedad con compuertas, que integra la doble función de presa y puente en un único conjunto. Toda la obra es de hormigón, con un revestimiento exterior de bloques del mismo material con juntas señaladas a imitación de sillares a soga y tizón, retomando el lenguaje arquitectónico de los Omeyas cordobeses (siglos VIII).

Dispone de dos estribos en ambas márgenes del río que nivelan el cauce con cinco contrafuertes interiores que soportan las contrapuertas y el piso del puente. En el extremo de la margen derecha, un estribo se alza en arco sobre la calzada a manera de pórtico monumental. Adopta la forma de un imponente arco de herradura enmarcado por un alfiz. Aquí se alojan las escaleras de acceso a la cabina de control, rematada por una torre de planta octogonal y coronada en origen con una cúpula semiesférica hoy perdida. Esta cúpula, el arco de herradura con alfiz, los vanos geminados con arquillos de herradura, así como los soportes de las barandillas de la calzada son elementos de inspiración oriental que evocan las fortificaciones almohades (siglos XII-XIII). El puente de El Salto evoca la célebre presa sobre el Nilo edificada por Eugène Mougel Bey a finales del siglo XIX.

La central eléctrica se encuentra a un kilómetro de distancia para aprovechar la diferencia de cota entre ambos meandros del río. De planta rectangular y alzado simétrico, destacan en su perfil una serie de cúpulas en ladrillo que el propio Fernández-Shaw define, de forma genérica, como de inspiración sarracena. La fachada alcanza gran altura como resultado del importante desnivel que acusa el edificio. Está dividida en seis paños por medio de imponentes contrafuertes, coronados con tejadillos de placas cerámicas azules, y abierta con un friso de vanos rectangulares. Las mismas placas de color azul permiten simular un remate almenado separando visualmente las almenas. El elemento central de la fachada es una cabeza de elefante a modo de ménsula que sostiene un balcón hexagonal que asoma a la vega del Guadalquivir, obra del escultor granadino Juan Cristóbal (1898-1961). Para Fernández-Shaw el elefante encarna un animal más potente que el caballo, medida de potencia habitual. En el interior, destacan también los capiteles de la nave de la turbina.

A la presa de El Carpio le siguieron las de Alcalá del Río, El Encinarejo y Jándula, construidas entre 1920 y 1931, donde Fernández-Shaw abandona los guiños orientalistas y vincula el vanguardismo al futurismo expresionista.

El conjunto de El Salto recibe la Medalla de Oro de Arquitectura en la Exposición de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París de 1925 y es declarada Bien de Interés Cultural en 2003.

Mapa

Miradas artísticas

El proyecto artístico Noria, de la coreógrafa y bailarina Anna Chirescu, se inspira en las máquinas hidráulicas instaladas sucesivamente en El Carpio, para tejer una narración en torno al imaginario del lugar, entre la contención, la relajación, la inmovilidad y el giro.

Codirigo por

Anna Chirescu y Florence Pierre

Coreografía

Anna Chirescu

Edición y estilismo

Florence Pierre

Imágenes y música

Gordon Spooner

bailarines.inas

Anna Chirescu, Miguel De Sousa, Catarina Pernão, Carlo Schiavo

Licencia

CC-BY

Qué dice la gente

Transcripción en francés

Transcripción en inglés

Transcripción en español

Sobre este sonido

Los testimonios de un ornitólogo, un historiador, bailarines y autoridades locales reflejan las múltiples formas de ver este insólito monumento.

Entrevistas y redacción

Clara Ilham Álvarez Dopico, Juliette Hueber y Bulle Tuil Leonetti

Edición

Éléonore Clovis

Mezcla de sonido

Alban Lejeune, It Sounds Good

Música

Perro Cruzado y El Arte de Escuchar por Gnawledge (Album Granado Cordoba)

Licencia

CC-BY-NC-SA

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