(Toledo (España) 1879-Toledo (España)1967)
Julio Pascual, nacido en el seno de una familia de tintoreros, comenzó a estudiar dibujo con el pintor José Vera y pronto su destreza le permitió acceder a la Escuela de Artes. Inicia su aprendizaje de la forja a los veintitrés años, junto al maestro Vicente González. Pronto se convirtió en un maestro de las técnicas del repujado y el cincelado. Fue profesor de Metalistería en la Escuela de Artes y Oficios Industriales de Toledo, donde enseñó las técnicas de la forja, el repujado y el esmalte, que había aprendido en los talleres de la Fábrica de Armas.
En 1906, a los 25 años, abandonó su trabajo en la Fábrica de Armas e instaló su propio taller de rejería en su casa de la calle San Juan de la Penitencia, 10. En aquel entonces ya había sido reconocido con dos cruces al Mérito Militar (1904) y una tercera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1906, a la que seguiría una segunda medalla dos años más tarde.
Durante los años veinte su trabajo fue premiado con la Medalla de Plata de la Exposición Internacional de Filadelfia de 1926 y fue nombrado caballero de la Orden Civil de Alfonso XII (1929). En esos años su taller fue visitado por personalidades tales como el rey Alfonso XIII, la reina María de Rumanía o la infanta Isabel, entre otras.
En 1930 obtuvo el primer premio en el Concurso Nacional de Artes Decorativas; en 1940 obtendría el Premio Provincial de Artesanía (1940) y, años después, le fue concedida la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1952).
Considerado el último gran rejero de Europa, heredero directo de las antiguas técnicas de maestros como Juan Francés, Domingo de Céspedes y Francisco de Villalpando, Julio Pascual fundó en Toledo un prestigioso taller en el que se formaron numerosos discípulos. Alcanzó fama internacional y sus trabajos se encuentran por todo el mundo, si bien la parte más destacada de su obra está en Toledo. Entre sus obras más importantes, cabe destacar la reja de la Capilla Mozárabe de la Catedral, el trabajo de forja de la Estación de Ferrocarril y de la Escuela de Artes, la verja de la Mezquita del Cristo de la Luz, la reja de la Ermita del Valle o el Sagrario y las lámparas de la Iglesia de Santo Tomé.
Por otra parte, Julio Pascual es recordado por actuaciones de gran pericia en su ciudad natal, como la reconstrucción, en 1939, de la Custodia de Arfe de la Catedral, desmontada durante la guerra civil; el rescate de la pequeña escultura del Cristo resucitado del Greco, hecha añicos en el Hospital Tavera en 1936; o la restauración de la monumental reja del desaparecido Convento de San Juan de la Penitencia, devorado por las llamas en la guerra civil.
Recientemente han sido identificado muchos de sus trabajos peninsulares como, por ejemplo, el trabajo de forja del Mausoleo de su amigo Manuel de Falla en la Catedral de Cádiz, o una soberbia reja en la Colegiata de San Isidoro en León.
Había ingresado en la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, como miembro numerario, en 1919 con un discurso titulado La rejería toledana. Permaneció ligado a la institución de la que llegó a ser director durante dos largas décadas. El Ayuntamiento toledano le concedería en 1968 la Medalla de Plata de la Ciudad, a título póstumo.